¿Identificamos la violencia de género o machista en quirófano? ¿Qué acciones podemos tomar como enfermeras?

Ya sé, nunca antes te habías parado a pensar sobre el concepto «género».

Sí lo sé, como muchas cosas que están en nuestras vidas que pasan desapercibidas porque las aprendimos sin pensar mucho en ellas.

Ya seas hombre o mujer tienes que conocer lo que voy a contarte. Y también sé que hablar de violencia no es agradable para nadie pero necesitamos sacarla del tabú que la mantiene en silencio si queremos erradicarla allí donde se de.

Primero es necesario saber qué es género.

Así como el sexo es biológico, el género es una construcción social, o sea, aprendida. Como Simone de Beauvoir decía «no se nace mujer, se aprende a serlo» y significa que aprendemos de nuestra cultura la manera en que nos quieren como mujeres, que se va depositando encima del sexo y cómo nos quieren como hombres.

En la mayoría de las sociedades del mundo, aunque en los libros de texto no se estudia, han estado organizadas siguiendo un patrón patriarcal según el cual, los hombres han estado predominando y dominando, y las mujeres, secundarias, han estado subordinadas al hombre.

Cuando veas el siguiente vídeo no te quedaras indiferente…

La discriminación de género, la competitividad, el respeto a las jerarquías y el peso del conocimiento científico establecido jugaron en contra de las ideas revolucionarias de muchas mujeres pioneras.

El caso de Rosalind Franklin, marginada del descubrimiento de la estructura del ADN, no es único. Este recorrido por la ciencia del siglo XX revela grandes descubrimientos realizados por mujeres, cuyos méritos no fueron reconocidos en su momento y que puedes consultar aquí.

Aunque las leyes en nuestro país han cambiado muchísimo desde la dictadura franquista hasta ahora, las mentalidades parece no han hecho el mismo recorrido.

Aún existe muchas personas que funcionan con el esquema patriarcal instalado en su cabeza. Por poner un ejemplo, el número uno de casi todas las profesiones, también en el ámbito sanitario, es un hombre, cosa que pone en evidencia la prevalencia del género masculino.

Y cuando no es así suceden cosas como estas:

En nuestra profesión, la enfermería, un colectivo mayoritariamente formado por mujeres, está representado en su mayoría por dirigentes de género masculino. ¿Te has preguntado alguna vez cómo hemos conseguido obtener estos resultados?.

Esta prevalencia y mentalidad en la mayoría de casos inconsciente, es la que hace que algunos hombres todavía se nieguen a reconocer la igualdad de sus compañeras. Si a esto le añadimos la relación jerárquica y vertical frecuente en el ámbito quirúrgico con estructuras militarizadas, rígidas, sin transferencia de ideas de abajo hacia arriba que esconden además intereses de clase, que nada tienen que ver con el producto y servicio que deben generar, que es la salud, se crea un caldo de cultivo donde puede originarse con mayor predisposición la violencia de género.

Una violencia que padecen las mujeres sólo por el hecho de serlo. ¿Conocías este dato?.

Sí, sí!!, por el hecho de ser mujer tienes muchas probabilidades de padecer violencia a lo largo de tu vida.

Por eso también se llama violencia machista, porque es la que aplican los hombres que todavía consideran el género masculino superior al femenino.

La violencia machista se sustenta sobre unas ideas y una estructura social, esta que te he querido mostrar con los vídeo anteriores. Es entonces, una violencia estructural.

La violencia que puede padecer un hombre en manos de una mujer, que también se da, no es estructural, sino puntual. Esta diferencia es la que justifica la asimetría penal por razones de sexo. Asimetría que, por cierto, no se da cuando el resultado, en un caso o en el otro, es el asesinato.

Definición de «pater familias».

 

Con este cortometraje de los Hermanos Alenda, protagonizado por Manuela Vellés, Mariano Venancio, Javier Gutiérrez y Biel Durán, nominado al Premio Goya 2011 al Mejor Cortometraje de Ficción, se busca mostrar la construcción social de roles desequilibrados y diferentes que fueron impuestos sobre los hombres y mujeres. Después de verlo, estoy segura realizarás tu propia reflexión en base a tu experiencia y a cómo ves la realidad tras el filtro de tus ojos.

Por mi parte veo que el cinturón representa esta actitud de violencia hacia la mujer. Ella trata de alejar al hombre de estas actitudes y él en un momento quiere dejarlas pero es sometido a la presión de su familia (presión social) que quieren mantenerlo a él y a su esposa en la vieja relación de desigualdad de poder. Un rol desigual al que han estado moldeados bajo estereotipos culturales desde la infancia y como es lógico, cuesta de remoldear mediante la libertad y el verdadero amor.

Lejos del concepto de que «los hombres son malos y las mujeres son buenas» pues pueden haber tanto hombres como mujeres violentas, o de que «las mujeres son tontas» o que se justifique al hombre porque éste la mantiene, sí es un corto que busca reflejar la realidad mayoritaria de una sociedad basada en el «pater familias» y que se ve reflejada en cada una de nuestras facetas, también en la profesional.

¿Tienes un «pater familias» en el quirófano?.

El pater familias era el propietario de todos los que vivían bajo su techo. Él mandaba y castigaba, y los otros obedecían.

Aún hoy, la estructura familiar tradicional está muy basada en este autoritarismo y en quirófano puede verse reflejada en detalles, a veces enmascarada y poco perceptible al ojo humano, pero está.

¿Cómo es la estructura relacional dentro del área quirúrgica donde trabajamos?. 

Una cuestión que da lugar a la autoreflexión y que sin lugar a duda deberías hacer si quieres adaptarte al medio quirúrgico, nuevo para ti, de forma saludable emocionalmente  sin engancharte a esas formas tóxicas camufladas de relacionarse.

Cada cual debería responderse y tomar consciencia de qué estructura es la que sostiene la cultura relacional del equipo interdisciplinar formado por mujeres y hombres dentro de un quirófano.

Deberías saber que el autoritarismo es un sistema que se basa únicamente en el uso de la autoridad de manera poco equitativa. En concreto, me parece que la autoridad en quirófano es necesaria cuando se manifiesta con respeto y con igualdad de condiciones para ambos géneros porque tiene una finalidad de poner límites que ayudan a contextura el ambiente y el comportamiento de las personas que se mueven en él. Otra cosa es usar el autoritarismo con el interés de obtener poder en este contexto.

Cuando una persona sólo hace servir este aspecto para relacionarse con otro, resulta injusto, desagradable y sobretodo acaba haciendo un uso abusivo de su autoridad.

Es cierto que algunas personas se lamentan por la pérdida del principio de autoridad de nuestros tiempos. Se quejan de la falta de autoridad actual y de cómo es de difícil educar en estas circunstancias. Pero en realidad creo que la raíz del problema está en que no hemos sabido substituir el principio de autoritarismo que funciona en sentido vertical, de arriba a bajo, por el del respeto  al otro y la autoridad bien ejercida, que funciona en sentido horizontal; o sea, tu libertad se acaba dónde empieza la mía.

También es cierto que como mujeres y enfermeras el principio de autoridad no es una característica que nos haya acompañado y definido históricamente, más bien ha recaído en el hombre y cirujano. La enfermera, también la del quirófano, ha tenido el estereotipo social y cultural que se ha caracterizado por mujeres serviles y sumisas a las órdenes que vienen de arriba.

Agresividad y violencia.

«La violencia muy frecuente es fruto de la cultura» 

¿Alguna vez has presenciado agresividad en un quirófano?.

Todos los animales somos agresivos. Animales y personas tenemos un centro en el cerebro, como una especie de mando, que está programado para desencadenar una respuesta agresiva ante determinados estímulos, por ejemplo un peligro.

Por tanto, ante una situación peligrosa o que consideramos peligrosa se dispara nuestra agresividad. Es por ello que la agresividad en sí misma no es mala, sino necesaria. Y en quirófano, se viven frecuentemente momentos tensos, los cuales podemos interpretar como agresivos con mucha facilidad.

Parece ser que el mismo mando está programado para parar la agresividad cuando los estímulos son unos otros, por ejemplo, cuando aquel a quien atacas te demuestra sumisión.

Por lo que se ve, el hecho de que el cerebro esté programado de esta manera evita que los animales de la misma especie se maten entre ellos.

Quizás ésta puede ser una de las explicaciones por las que ante un cirujano  que se comporta de forma agresiva ante una situación tensa, tenemos una enfermera sumisa que evita el conflicto…

Pero las personas somos los únicos animales que podemos tener el mando «tocado» y ser capaces de matarnos entre nosotros. Claro que puede que algún animal pueda tener el mando tocado por culpa de alguna cuestión biológica. Pero las personas pueden tener un mal funcionamiento de dicho mando no tan sólo por causas biológicas sino sobretodo por razones culturales.

Así pues las ideas concebidas de la cultura, nos pueden volver violentos; las ideas las obtenemos del aprendizaje que realizamos de nuestra cultura y hay que tener en cuenta que dichas ideas las proporciona la sociedad mediante la manera de relacionarnos, compartir, con métodos como la televisión o los videojuegos. Ojo con lo que vemos en la tele y cuidado con esos hábitos de evasión jugando con videojuegos agresivos.

Cuando las cosas no van bien en quirófano, ¿cómo se manifiesta entonces  la agresividad?.

El ser humano es por naturaleza agresivo pero en cambio no es necesariamente violento.

La agresividad es la respuesta instintiva de los animales, incluídos los seres humanos y la violencia es la respuesta de muchos seres humanos fruto del aprendizaje cultural. Así pues, para entendernos, la violencia se produce por la alteración del mando del cerebro que es causado frecuentemente fruto de la cultura.

La cultura son las ideas y los sentimientos que hemos ido aprendiendo y que están instaurados en nuestro cerebro. Muchas de estas ideas son responsables de modificar la respuesta del mando que rige la agresividad del que hablábamos.

Pongamos como ejemplo que la cultura transmite durante siglos que las mujeres o los negros o los homosexuales son seres de segunda; pues ya tenemos el nacimiento de la violencia de género, la violencia racista o la violencia homófoba.

Así pues, os hago la pregunta:

¿Qué cultura has tenido mientras crecías y cuál es la que existe dentro del Bloque Quirúrgico ahora que ya eres una mujer y enfermera?.

Es una pregunta importante a tener en cuenta y muy presente cuando quieres situarte en el nuevo medio quirúrgico. Si lo haces, observarás con ojos sin venda alguna que los tape, cualquier experiencia violenta que vivas dentro del quirófano, por muy enmascarada que esté. Si no lo haces, puede que caigas en una normalización de una realidad, totalmente desigualada en género y de la que te sentirás descriminada y sometida, sin saber exactamente qué es lo que te ocurre por falta de consciencia.

El estereotipo de violencia de género

 

Generalmente nos llega información por los medios de comunicación de aquellos casos de violencia de género más graves y límite, donde la noticia enriquece el morbo para hablar del suceso más que para ejercer un efecto de toma de consciencia global y social. Noticias sensacionalista que se alejan de promocionar información con fines educativos sobre el tema de la violencia.

Creemos, en consecuencia, que la violencia de género es eso que vemos en los medios como noticias y nos hacemos una idea errónea de la misma, muy alejada a la pura realidad; mujer con poco nivel cultural, hombre tan ignorante como ella, situación económica desastrosa, alcohol entre medio y asesinato al canto…

Nada más lejos de la realidad más frecuente, que como un Iceberg solo se ve la punta pues la parte de mayor dimensión está bajo el agua y no se ve, lo que no es tan evidente.

De entrada, nos muestran gente de un mismo estrato social, cuando en realidad de violencia hay en todas las capas sociales; hay profesores de instituto, médicos, políticos, cantantes etc… que maltratan a sus mujeres. Y hay muchas mujeres profesoras de universidad, farmacéuticas, arquitectos, enfermeras que padecen violencia de sus parejas. Y es raro que nos enteremos, ya que frecuentemente son víctimas de violencia psicológica, muy difícil de demostrar ante la ley y la sociedad.

¿Crees que en quirófano, las relaciones que se mantienen, están en determinadas ocasiones cerca del maltrato psicológico?. Cuéntanoslo con tu comentario.

Relaciones entre las personas

 

Las relaciones entre personas tienen que aportar bienestar y crecimiento personal.

Es bien cierto que las relaciones que podemos tener en el trabajo como enfermeras no las escogemos. En la mayoría de los casos nos viene predeterminado y suelen ser muy cambiantes, pero aún así tenemos capacidad, como seres humanos con inteligencia emocional, de relacionarnos con dignidad, siendo asertivos. Ahora bien, ¿cómo hacerlo?. Porque la Educación Emocional no nos la enseñan de la misma manera que a Instrumentar, ¿verdad?.

Por lo tanto, ninguna relación, sea personal o profesional tiene que representar dolor o destrucción psíquica.

«Una víctima de maltrato no huye sino que se queda atrapada a su maltratador» 

¿Por qué una víctima de maltrato no huye sino que se queda enganchada a su maltratador?. ¿Por qué una persona víctima prefiere morir antes que denunciar a sus maltratadores?. O ¿por qué tantas mujeres maltratadas denuncian a los maltratadores y después retiran la denuncia?

Y ¿por qué damos tod@s por normalizado que se hagan comentarios con tono de voz elevado y en forma irrespetuosa en más ocasiones de las que podríamos imaginar, dentro de un quirófano?.

¿Llegamos a hacer normal que un cirujano grite, tire el instrumental al suelo cuando no le es útil o culpabilice a otros de qué es lo que le esté pasando por su falta de gestión emocional?.

Quizás se viven relaciones en las que existe un perfil maltratador y otro sumiso más frecuentes de lo que pensamos en contexto quirúrgico. Y quizás es que se siguen silenciando. Se continúan haciendo ver que no pasa nada y así se siguen perpetuando.

El maltratador hace algo así como un «lavado de cerebro». Y de lo que en un primer día vimos que sobrepasó el límite de nuestra dignidad y no hicimos nada para defenderla, aceptamos sobrevivir al medio creyéndonos que eso es lo normal. Y esto tiene unas consecuencias gravísimas. Una indefensión aprendida cuando se de otra situación violenta.

La humanidad hace tiempo que descubrió que para mantener retenidas las personas, el dominador no le hace falta utilizar la fuerza física, tenía suficiente con manipular a la gente psicológicamente.

El dominador hace creer a la victima que no vale nada, que sólo tiene valor para la relación que la une a él. La intimida, por ejemplo, diciendo que no le hablará más, que le abandonará o que le hará daño. Aísla a la victima, bien porque la encierra en algún lugar, bien porque no le permite tener relación con su gente, bien porque la anula haciéndola creer que no tiene permiso para darse valor. La priva de cosas esenciales como comer, beber, horas de sueño, dinero o muestras de afecto y de respeto. Éstas son formas extremas pero en mayor o menor grado se da en muchos ambientes, también en el quirúrgico. Aunque nos duela reconocerlo.

En quirófano puede que el maltrato sea tan sutil que cueste darse cuenta pero que como una gota malaya, ésta realiza su función.

Guía para la prevención  del acoso por razón de sexo y acoso psicológico

La Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha publicado una Guía contra el acoso sexual, psicológico y por razón de sexo.

Este documento se encuadra dentro del proyecto europeo TRIGGER-Transforming Institutions by Gendering Contents and Gaining Equality in Research, cuyo objetivo es el de contribuir al cambio estructural necesario para conseguir una igualdad efectiva de oportunidades entre hombres y mujeres en las instituciones científico-tecnológicas.

En línea con este propósito, la guía se estructura en cuatro apartados, a lo largo de los cuales se explica de forma detallada en qué consisten este tipo de conductas, definiéndolas y aportando ejemplos de cada una de ellas para poder detectarlas a tiempo. Asimismo, bajo el rótulo “Actúa”, se incluye una serie de recomendaciones dirigidas a personas que sufren acoso, a aquellas que tienen a su cargo alguien que lo está padeciendo, así como a los docentes, en caso de que pueda darse entre su alumnado una situación de esta envergadura.

Ante la violencia infórmate, detecta y actúa no sólo como persona sino también tienes, como enfermera, la responsabilidad de quitarte esa posible venda de tus ojos para cuando la ejerzan sobre ti o la veas que la ejercen sobre otros.

Si tienes interés en el tema puedes consultar otros artículos relacionados escritos por mi como los publicados en  Proyecto Facilitación Sanitaria y del que te animo realices una visita.

Si a demás te sientes reflejada tras leer el artículo y necesitas compartir una experiencia violenta vivida en quirófano, de manera totalmente confidencial, puedes contactar conmigo.

No te quedes paralizada, actúa. No estás sola o solo!. Ya es hora de expresar emociones contenidas.

Y por último, si te parece útil el contenido de esta entrada, compártela y ayúdanos a ayudar a otr@s.

Un saludo Enfermeras Agentes de Cambio!.